El pasado 20 de Noviembre, los y las Estudiantes Patas Arriba salimos a las calles de Villa María para denunciar el Código de Faltas, los abusos policiales, la ley antiterrorista y las distintas políticas represivas estatales.
Salimos participando dentro de un espacio más grande, del Frente Organizado Contra el Código de Faltas, un frente en construcción que integra tanto a organizaciones como a interesados/as individualmente en la lucha contra esta lógica policial antidemocrática. Porque sabemos que la solución es necesariamente multisectorial, social y masiva.Un 20 de Noviembre, en el día internacional de la niñez y de los derechos del niño. Derecho a una vivienda digna, a no ser discriminado por sus formas de vestir, de caminar, de jugar, de divertirse, por su condición social y económica. Día elegido para hacer la primer Marcha de la Gorra, para marchar con alegría contra ese Código que trata de quitarnosla. Y así nos encontramos, a la mañana marchando, a la tarde con intervenciones culturales y artísticas en la plaza Centenario. Apostando a nuevas lógicas de protestar, creando en la acción, inventando idiomas, creando mundos.
¿Por qué marchamos contra el Código de Faltas?
Porque este Código permite la persecución, maltrato, criminalización y discriminación de los/as pibes/as, porque en nuestra Provincia cada siete minutos se detiene a una persona por este Código, porque el 70% de las 200 detenciones que se producen por día están resguardadas bajo la figura de “merodeo”, porque en las 73.000 detenciones arbitrarias por año no entran delincuentes, sino personas que volvían de sus trabajos, que iban a la escuela, a la facu, se iban de un amigo, de una novia, de un novio.
Hoy nuestro Código de Faltas le permite a nuestra Policía detenerte hasta por caminar con una gorra, porque sos de la villa, porque sos del barrio y eso te hace criminal o porque tenés la pinta de un “posible” delincuente.
La policía, esa Institución que debiera protegernos, defendernos y garantizar nuestro libre ejercicio de derechos hoy nos persigue, nos maltrata y nos encierra. Esa policía hoy está dada vuelta, está en el mundo del revés. Criminalizando a quien se manifiesta por otro mundo, criminalizando a quien protesta, criminalizando al pobre, al villero, al pibe de barrio. El crimen es la existencia de la pobreza, no los que sufren de ella.
A la represión policial, a los abusos policiales y al Código de Faltas los y las Estudiantes Patas Arriba nos oponemos, ¡decimos NO!
¿Qué ves cuando no ves?
Hoy nuestro Código de Faltas le permite a nuestra Policía detenerte hasta por caminar con una gorra, porque sos de la villa, porque sos del barrio y eso te hace criminal o porque tenés la pinta de un “posible” delincuente.
La policía, esa Institución que debiera protegernos, defendernos y garantizar nuestro libre ejercicio de derechos hoy nos persigue, nos maltrata y nos encierra. Esa policía hoy está dada vuelta, está en el mundo del revés. Criminalizando a quien se manifiesta por otro mundo, criminalizando a quien protesta, criminalizando al pobre, al villero, al pibe de barrio. El crimen es la existencia de la pobreza, no los que sufren de ella.
A la represión policial, a los abusos policiales y al Código de Faltas los y las Estudiantes Patas Arriba nos oponemos, ¡decimos NO!
¿Qué ves cuando no ves?

Salimos junto a los gremios de los y las trabajadores/as, con todas las dificultades que acarrean después de tantas fracturas y tantos golpes que ha sufrido a sus derechos desde hace al menos 20 años. Confiados en que la sociedad civil organizada en todas sus formas es la única manera de construir otra realidad posible. Encontrarnos en la calle junto con las entidades gremiales de tan variado tipo, no deja de generar incomodidades y tensiones, que son propias de cruzarse con formas de trabajo y construcción distintas, mucho más complejas, mucho más marcadas por la historia de una realidad laboral de flexibilización y precarización, de empleos temporales y en negro. Pero también nos encontramos con la presencia de estructuras de representación gremial a nivel nacional y local que lejos están de ser democráticas, y que se llenan de burócratas y oportunistas, quienes no dejaron de aprovechar esta ocasión para explayar su oposición acrítica hacia el Gobierno Nacional y su voluntad de poder individual. Dejando de lado, a la hora de hablar, las verdaderas demandas, banderas y reclamos de quienes nos hicimos presentes en la marcha.
¿Qué se dice cuando no se dice nada?
Las lecturas mediáticas, tanto las que lo analizan como una continuidad entre las “cacerolas paquetas” del 13 de Septiembre o del 8-N y este 20 de Noviembre, intentan marcar una igualdad de las protestas en tanto son opositoras al Gobierno Nacional, como aquellas que postulan que este paro general con movilización fue una voluntad del grupo clarín de mostrar fuerzas para enfrentar su conflicto con el Gobierno Nacional frente al ya cercano 7-D; frente a estas lecturas mediáticas, nos interesa en demasía levantar a la opinión pública los temas que sí consideramos relevantes y de disputa para poner en la mesa: el impuesto a las ganancias, la universalidad de la Asignación Universal por Hijo, el trabajo en negro, la ley de ART, el Salario Mínimo, Vital y Móvil, la no violencia contra la mujer.
Resaltamos una vez más, como agrupación en conducción del centro de estudiantes, que queremos defender la democratización de base de los gremios, la participación clara y plena de los y las trabajadores/as en sus demandas sindicales, y que para ello es necesario organizarse contra toda burocracia sindical y todas las formas autoritarias y verticalistas presentes en gremios y centrales.
Las y los Estudiantes Patas Arriba salimos a la calle a encontrarnos en defensa de los derechos de todas y todos, pero también estamos durante el año en la calle creando y construyendo con todos los espacios que sentimos cercanos y fundamentales para pensar un mundo nuevo y distinto. En la universidad nuestra calle son los pasillos y las aulas, nuestro territorio, donde sabemos que si queremos una universidad patas arriba en un mundo al revés, necesitamos llenar aulas y pasillos de energías y cuerpos. En eso estamos, trabajando en el día a día, en nuestra Universidad y en nuestra ciudad, sin dar la espalda a los problemas del pueblo y de los sectores vulnerables. Pensando críticamente, actuando coherentemente, apostando y construyendo alternativas.
Resaltamos una vez más, como agrupación en conducción del centro de estudiantes, que queremos defender la democratización de base de los gremios, la participación clara y plena de los y las trabajadores/as en sus demandas sindicales, y que para ello es necesario organizarse contra toda burocracia sindical y todas las formas autoritarias y verticalistas presentes en gremios y centrales.
Las y los Estudiantes Patas Arriba salimos a la calle a encontrarnos en defensa de los derechos de todas y todos, pero también estamos durante el año en la calle creando y construyendo con todos los espacios que sentimos cercanos y fundamentales para pensar un mundo nuevo y distinto. En la universidad nuestra calle son los pasillos y las aulas, nuestro territorio, donde sabemos que si queremos una universidad patas arriba en un mundo al revés, necesitamos llenar aulas y pasillos de energías y cuerpos. En eso estamos, trabajando en el día a día, en nuestra Universidad y en nuestra ciudad, sin dar la espalda a los problemas del pueblo y de los sectores vulnerables. Pensando críticamente, actuando coherentemente, apostando y construyendo alternativas.